Además, “Terror” era más grande que cualquiera de los desarrollos estándar conocidos hasta la fecha, con 23 sets completamente escenografiados. El tamaño de la producción y el número de actores y del resto del equipo eran con gran diferencia muy superior al de cualquier otro espectáculo de este tipo que los visitantes hubieran visto nunca.
La experiencia completa del recorrido duraba alrededor de 20 minutos en completarse, dependiendo de la velocidad del grupo, y siempre en grupos de no más de 10 personas. Aunque esto afectaba al número de visitantes por hora, y los tiempos de espera se alargaban para entrar, sin embargo se intensificaba la experiencia del público y se le daba a cada visitante un espectáculo altamente personalizado.
Con el objetivo de introducir a los visitantes dentro de un mundo terrorífico y desconocido, “Terror on Church Street” se basó, en gran medida, en la gran calidad y realismo de los accesorios, de las escenografías y de sus efectos con calidad cinematográfica.
Desde el ático a la sala de calderas, cada escenografía estaba llena de artículos y elementos que realzaban su temática e incrementaban el grado del terror del público asistente. Los diseños y elementos de iluminación fueron cuidadosamente fabricados a mano para realzar el realismo al tiempo que proporcionaban a los actores los suficientes lugares de sombra desde los que impactar. El diseño del sonido añadía una fuerte sensación de aprensión al recorrido.
Con este enfoque y un realismo detallado, “Terror” escribió las reglas que todavía hoy se siguen aplicando en los nuevos desarrollos de terror en Estados Unidos. Ahora, seminarios sectoriales sobre este tipo de atracciones/espectáculos se centran en detalles tales como la forma de hacer que los accesorios tengan un aspecto envejecido, cómo crear sangre escénica con un aspecto más realista, o cómo vestir adecuadamente un set.